jueves, 30 de agosto de 2018


"LICHT" de Barbara Albert



Dentaduras postizas en el Siglo de las Luces

  ¿El cine de época tiene una serie de dificultades relacionadas no solamente con los altos presupuestos sino también con la capacidad de profundizar en los matices de un tiempo que no hemos conocido si no es a través de elementos como la música, la literatura, el arte o la ciencia. De todo esto hay un poco, o un mucho, en la película de la directora austríaca Barbara Albert, Licht.
Desde el comienzo esta “Luz, traducción del título alemán, nos pone sobre aviso de que lo que vamos a ver está basado en hechos reales. La primera imagen que aparece es el rostro de una chica con un importante problema en sus ojos, que interpreta una pieza al piano ante un auditorio sorprendido de su capacidad y que manifiesta su compasión ante la virtuosa joven ciega.
  A partir de ahí Licht se introducirá en una época de la vida de Maria Theresia (Resi) Paradis, una mujer que compartió amistad con Mozart y que fue bastante conocida en la Viena del siglo XVIII. Antes de llevarse al cine, el relato en torno a esta intérprete y compositora que perdió la vista cuando era una niña y que se refugió en el mundo de la música, se narró en forma de novela de gran éxito escrita por Alissa Walser y titulada Mesmerized.
  Pero Licht no es solo el biopic de una joven ciega capaz de conmover a la sociedad vienesa de los Habsburgo con sus interpretaciones, sino que también habla de ciencia. En 1777, cuando transcurren los acontecimientos, la sociedad europea estaba ansiosa por descubrir y salir de muchos territorios oscuros. Y es ahí donde Mademoiselle Paradis se convierte en conejillo de indias para una serie de doctores milagro. El primero del que se nos habla probó con ella unos cuantos  despropósitos que casi acaban con su vida y que le dejaron secuelas, el segundo experimentó con un método bastante polémico y discutido. La cuestión es que la ciencia, como la música, comienza a ocupar los lujosos salones y a convertirse en una cuestión casi de estado. Y en esta carrera por destacar y demostrar la valía de cada profesional, todo parece valer.
  El mundo de Theresia Paradis, en el que su madre y su padre son sus referentes y su música su único refugio, cambiará cuando entre en la residencia del doctor Franz Anton Mesmer, que acepta el reto de tratar de devolverle la vista. En ese lugar se plantean muchas preguntas y se experimenta a base de pruebas y errores. No es demasiado extraño que en las cocinas del enorme edificio los criados también se hagan preguntas. Y algunas de esas cuestiones tienen que ver con la situación en la que se encontraba la salud dental en ese tiempo. Cuando una de las cocineras plantea la posibilidad de que la gente lleve dentaduras postizas, alguien matiza que se fabrican algunas de madera e incluso una persona cuestiona inocentemente si esos dientes falsos también crecen. Entre aspavientos y exclamaciones todos parecen inmersos en un mundo que poco a poco irá acercándose a la luz de los descubrimientos. La práctica de utilizar piezas dentales postizas es muy anterior al tiempo del que habla la película, pero fue en 1770 cuando se comenzaron a fabricar dentaduras de porcelana de una sola pieza y, algunos años más tarde, se patentó el invento. No es de extrañar pues que la pregunta estuviera en la calle y que la gente se viera sorprendida ante el hecho de que pudieran disponer de un aparato con el que era posible volver a disfrutar de dientes, aunque no fueran auténticos.
  Esa luz de la que disfrutará también Theresia es la que busca una sociedad aprisionada por las convenciones, los corsés, las normas, la falta de higiene, las diferencias de clases, las rígidas pelucas y las estructuras políticas y sociales. Y entre tanto oscurantismo y tanta norma la aparición de una solución para los problemas dentales surge como una preocupación que se instala no solo entre la alta burguesía sino también entre las clases más bajas. Así fue como la ciencia y los nuevos inventos fueron ocupando su lugar en toda la sociedad y cómo la odontología mejoró la vida de mucha gente.

Título original: Licht; Dirección: Barbara Albert; Intérpretes: Susanne Wuest, Maria-Victoria Dragus,
 Devid Striesow, Stefanie Reinsperger,Sascha Merényi, Sascha Merényi, Julia Pointner, Lukas Miko,
Theresa Martini, Attila Beke; Año: 2017; País: Austria; Duración: 90 minutos



No hay comentarios:

Publicar un comentario