lunes, 30 de noviembre de 2020

 

"SOBRE LO INFINITO", 
DE ROY ANDERSSON



El dentista sueco que soporta un mundo fantástico

  "La existencia, el dolor, la singularidad de los seres humanos y las preguntas que algunas personas  se plantean algunas veces en sus vidas: esos son algunos de los temas que parecen interesar especialmente al realizador sueco Roy Andersson en sus últimas producciones cinematográficas, y que se ponen claramente en evidencia en su última película, “Sobre lo infinito”, en la que, entre otras cosas, dedica uno de los capítulos a un dentista.

 Andersson nació en Gotemburgo (Suecia) en 1943 y sus primeras aproximaciones al cine se centraron en temáticas  mucho más realistas y costumbristas que las que han inspirado su cine del siglo XXI. Entre aquellos principios y su cine de la actualidad median cientos de anuncios publicitarios, una tarea que ha llevado a cabo con auténtica maestría, hasta el punto de que Ingmar Bergman lo considerara “el mejor realizador de anuncios de todos los tiempos”. Claro que cuando le han preguntado por ésta afirmación a Andersson él, de manera reconocidamente incorrecta y posiblemente con cierta dosis de humor, ha asegurado que la mejor película del autor de El séptimo sello era peor que sus anuncios.

 De cualquier forma lo que sí ha hecho Andersson ha sido combinar esos maravillosos anuncios con una producción cinematográfica altamente personal. En 2000 Roy Andersson decidió emprender una Trilogía sobre la existencia, compuesta por Canciones del segundo piso (2000), La comedia de la vida (2007) y Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia (2014). Ahí podía haberse quedado todo, porque en esos tres títulos ya parecía haber quedado claro lo que el realizador sueco piensa de la condición humana, pero en 2018 decidió salirse de los límites de la trilogía anunciada y añadió al proyecto un título más: Sobre lo infinito.

 Contemplar el cartel de Sobre lo infinito lleva directamente a pensar en artistas como Chagall. En él una pareja abrazada sobrevuela los tejados de una ciudad en ruinas. Pero esa secuencia no es sino uno de los muchos referentes artísticos que componen el filme. Porque así está dividido Sobre lo infinito, en una colección de secuencias a modo de cuadros que nos llevan de Chagall a Hopper y que nos hacen pensar en el mundo del arte a través de composiciones hieráticas y pensadas e iluminadas hasta el más mínimo detalle. Los interiores que compone Andersson son ambientes fríos, casi congelados, con una luz mortecina y azulada. Los exteriores resultan igual de fantasmagóricos y los personajes se mueven a cámara lenta preguntándose en voz alta por el sentido de la vida, por la pérdida de su fe, o simplemente expresando a gritos que la vida es fantástica mientras alrededor una serie de  personajes abatidos y quietos apenas si se inmutan.

 Precisamente es en esa secuencia en la que resuenan unos gritos de felicidad que difícilmente expresan lo que dicen, donde podemos ver a un hombre algo desaliñado, con una bata blanca  desabrochada y con la mascarilla por debajo de la barbilla. En el interior de ese bar en el que un hombre repite que la vida es maravillosa aparece ese dentista más aficionado a la bebida que al desarrollo de su profesión. Andersson ha creado para él un espacio especial y lo retrata en el bar mostrando su afición a la bebida y evidentemente abatido. Pero ese doctor sin nombre también aparece en su consulta. Allí un paciente nervioso y aterrorizado con las agujas se niega a utilizar anestesia, aunque tampoco podría soportar una intervención sin ella. La situación acaba con la paciencia del dentista que decide rebelarse contra él y opta por marcharse y dejarlo allí. El realizador sueco combina el drama y la comedia para fotografiar una situación que supera a sus principales protagonistas. Sobre el infinito presenta así un mundo totalmente desesperanzado aunque, de vez en cuando, Andersson regale al espectador algunos detalles tiernos como el de ese padre que se agacha pausadamente para atarle el zapato a su hija pequeña.

Thore Flygel interpreta al dentista en Sobre el infinito. Andersson ha creado para él unas secuencias específicas e inolvidables, y lo mismo que hace con el dentista sin paciencia ni tacto ante un paciente problemático, repite con un sacerdote que pierde la fe y acude llorando al psiquiatra, ante el menosprecio del profesional y de la enfermera que consideran que ya es hora de cerrar la consulta y le acompañan a la puerta a pesar de los gritos y sollozos del paciente. Queda claro que Sobre lo infinito se agarra a los detalles, a algunos problemas cotidianos de un primer mundo que parece adentrarse cada vez más en el surrealismo, y entre sus personajes ese dentista anónimo forma parte de esa sociedad que va mostrando ante el espectador los dolores del cuerpo y también los del alma.   



TULO ORIGINAL: Om det oändliga / DIRECCIÓN Y GUIÓN: Roy Andersson /
 
 FOTOGRAFÍA: Gergely Pálos / INTÉRPRETES: Martin Serner, Jessica Louthander,
Tatiana Delaunay, Anders Hellström, 
/ PRODUCTORA: 4 1/2 Film,
 Roy Andersson Filmproduktion AB / NACIONALIDAD: SUECIA /  AÑO: 2019/
 
DURACIÓN: 76 MINUTOS 



sábado, 31 de octubre de 2020

 

"HASTA QUE LA BODA NOS SEPARE", 
DE DANI DE LA ORDEN



“SOLO ME PONGO EN MANOS DEL DOCTOR GONZÁLEZ”


  "No hace falta más que leer el título y el nombre del director para saber que estamos ante una película española, que se trata de una comedia y que pertenece a ese género del que, sin pensarlo demasiado, podríamos dar media docena de títulos en tres minutos: el de las películas de bodas. Se podría decir que los ritos nupciales y todo lo que se sitúa a su alrededor: preparativos, enredos, engaños, relaciones familiares, catástrofes, viajes, rupturas, desengaños, reencuentros y happy end...  constituyen uno de los lugares más comunes de la comedia. Si a esto le añadimos otra modalidad casi paralela, la de las despedidas de solteros y solteras, el número de títulos crece exponencialmente.

 En el caso de la última película de Dani de la Orden, un realizador acostumbrado a lidiar en el terreno de la comedia (El pregón, El mejor verano de mi vida, Mamá o papá), todo sigue el curso habitual en una película de bodas. De hecho una de las protagonistas se dedica precisamente a eso, a organizar ceremonias nupciales, un terreno abonado para los gags, porque si hay algún territorio donde los guionistas pueden dar rienda suelta a la imaginación es precisamente relatando todas las ocurrencias de una pareja que quiere celebrar lo que algunos llaman el día más importante de su vida. En ese apartado cabe casi de todo: locuras decorativas, espacios imposibles, regalos personalizados, locas coreografías o menús altamente creativos. Nada parece ponerse por delante cuando se quiere construir la celebración perfecta. Y el cine se suele encargar de retorcer las cosas casi hasta el infinito. “¿Sabes quién se casó en un barco? Los del Titanic”, dice Marina (Belén Cuesta), organizadora de bodas en Hasta que la boda os separe, a Alexia (Silvia Alonso), la novia. Pues sabiendo cómo fue la historia real en el trasatlántico, no hace falta añadir demasiado.

 ¿Y qué podría acabar con el encanto de una boda? Pues a lo mejor el hecho de que un brindis destroce la dentadura de la novia. Para un guionista una botella de champán es el ingrediente perfecto para marcarse un chiste inolvidable. Que se lo digan si no a los de Los padres de ella de Jay Roach. Quienes la hayan visto seguro que no han olvidado la secuencia dedicada a la urna depositada sobre la chimenea, un sofisticado recipiente que contiene las cenizas de la madre de Jack (Robert de Niro). Durante varios minutos la figura de la difunta madre es ensalzada por su hijo que hasta le dedica una poesía. Pero llega la botella de champán, oportunamente comprada por el yerno patoso (Ben Stiller), y la catástrofe se desata, el tapón se dirige directamente a la urna, las cenizas se desparraman y el gato de la casa no desaprovecha la oportunidad para dejar su rastro sobre ellas.  

 En Hasta que la boda os separe la botella de champán llega justo en el momento posterior a que la novia le confiesa a la organizadora de bodas que en el colegio, que ambas compartieron años atrás, ella fue la responsable de los motes y bromas que le hicieron la vida imposible a la que ahora es una profesional del negocio de las bodas y que en la infancia fue una niña que sufrió bullying en el colegio. Después de afirmaciones como: “Hay que superar esas cosas” o “Así es la vida”, dichas por la propia víctima para consolar a la que ahora se confiesa ante ella, llega el momento botella de champán. Por si hubiera sido poco el retorno emocional al pasado, el novio también se empeña en  ayudar a abrir la dichosa botella. Así que entre ambos, que por cierto ya han puesto de manifiesto su atracción mutua, acabarán arruinando la cara de la novia cuando el corcho vaya directamente a su boca. Tras conseguir reponerse de lo que parece únicamente un shock momentáneo se descubre que, efectivamente, Alexia ha perdido dos dientes, exactamente las dos piezas dentales superiores, lo que hace de la sonrisa de la novia diste mucho de ser lo deseable.

 Mientras la chica sale desesperada de la habitación, el novio se queda con los dos dientes en la mano insistiendo en que van a buscar un dentista ya que en Tenerife, a donde se han trasladado para celebrar una boda cerca del mar, hay “dentistas buenos”. Pero Alexia, que está dispuesta a casarse en un barco, pese a su miedo al mar, y a superar todas las dificultades que se le pongan por delante, no piensa ponerse en manos de alguien que no sea su dentista de toda la vida. A ella solo le atiende “el doctor González”, asegura, mientras a Carlos (Alex Garcia), solo se le ocurre añadir: “toma, llévate los dientes”, poniendo en su mano las dos piezas arrancadas de raíz. De camino al taxi que llevará a Alexia al aeropuerto en un viaje que acabará en la consulta del doctor González, la causante del estropicio, Marina, sigue empeñada en quitarle hierro al asunto: “Eso se arregla fácil. Un poco de masilla...”. Es seguro que el doctor González, ese dentista de cabecera al que la paciente no está dispuesta a renunciar aunque se encuentra a cientos de kilómetros, tendrá otros métodos más profesionales, sobre todo porque Alexia vuelve a los pocos días con la dentadura perfecta. El tema es que la catástrofe dental ha quitado de en medio a la novia durante unos días y ha dejado vía libre para que el amor entre el novio y la organizadora de bodas vaya evidenciándose todavía un poco más y que las cosas del corazón se coloquen en el su sitio.

 

                                            TÍTULO ORIGINAL: Hasta que la boda nos separe DIRECCIÓN:
Dani de la Orden  GUIÓN:  Olatz Arroyo, Eric Navarro, Marta Sánchez 
 INTÉRPRETES:  Belén Cuesta, Álex García, Silvia Alonso, Antonio Dechentm Mariam Hernández, 
Adrián Lastra, Gracia Olayo, Salva Reina, Leo Harlem  NACIONALIDAD:
ESPAÑA AÑO: 2020 DURACIÓN: 110 MINUTOS



martes, 31 de marzo de 2020

 

CINE Y DENTISTAS



El Festival celebrado en Pamplona aúna la afición por el cine y la práctica de la Odontología

  "Los pasados 3, 10 y 17 de enero se celebra en Pamplona una cita muy especial en la que se aúna la afición por el cine y la práctica de la odontología. Desde el principio de la historia del séptimo arte, el cine se ha ocupado de manera muy especial de los dentistas. Por eso CIDE, el festival de CIne y Dentistas se encarga de recuperar muchas de esas películas que, a lo largo de más de un siglo, han tenido como protagonistas a los profesionales de la odontología.
En 2012, el Colegio de Odontólogos de Navarra puso en marcha esta iniciativa. Desde entonces se han proyectado alrededor de treinta películas cuyo eje central tenía que ver con los dientes y los dentistas. 

En 2020 CIDE llega a su octava edición con la proyección de tres películas realizadas en distintos tiempos y distintos países, pero que contienen muchos elementos que vinculan sus tramas con la práctica de la odontología.
CIDE dio comienzo el 3 de febrero a las 19,00 horas en Pamplona, en la sala de Civican, con la proyección de “Dentist in the chair”, una película británica dirigida por Don Chaffey y que está inspirada en la novela del mismo título de Matthew Finch. El realizador de “Jason y los argonautas” (1963) y “Pedro y el dragón Elliot” (1977), se adentró en el mundo de los dentistas para realizar esta comedia repleta de gags y de situaciones disparatadas. Los protagonistas son dos estudiantes de dentistas, pero es su entorno y las curiosas situaciones que pueden llegar a plantearse en el ejercicio del aprendizaje de la odontología y de su posterior práctica, lo que mueve toda la trama de esta comedia. Protagonizada por Bob Monkhouse y Ronnie Stevens, aquí no faltan ni las confusiones, ni la picaresca, ni los malentendidos ni el humor.

El 10 de febrero CIDE acercó hasta Pamplona “El pistolero más tembloroso del Oeste” (1968) de Alan Rafkin, conocido por algunos de sus célebres trabajos para televisión, como M.A.S.H., una serie ambientada en la guerra de Corea y protagonizada por un equipo de médicos. Rafkin dirigió en 1968 una película protagonizada por un dentista llamado Jesse W. Haywood. Aunque su aprendizaje de la odontología tiene lugar en Filadelfia, Haywood se trasladará al lejano Oeste para poner en práctica sus conocimientos, aunque una vez en camino las cosas no serán como esperaba. “El pistolero más tembloroso del Oeste” es un remake de una película de 1948 protagonizada por Bob Hope y Jane Russell titulada The Paleface.

La tercera película de CIDE se proyectó el 17 de febrero. En este caso no serán los dentistas los que jueguen un papel dentro de la historia sino los dientes, en concreto los dientes de leche. Dirigida por Céline Sciamma, "Tomboy" es una película francesa de 2011 que cuenta los padecimientos de una niña por aparecer entre su nuevo grupo de amigos como si fuera un chico. La ocasión se la proporciona un cambio de domicilio a un barrio de París donde nadie la conoce, lo que le permitirá cambiar de género durante los meses de verano, antes de que el colegio comience. En ese escenario Sciamma, la directora francesa que en 2019 presentaba Retrato de una mujer en llamas, juega con un elemento como los dientes de leche para plantear la situación de una niña de diez años a la que le gustaría que algunas cosas de su propio cuerpo cambiaran.

DIRECCIÓN: CIVICAN (Pamplona) 

PELÍCULAS EXHIBIDAS: 

3 de febrero: Dentist in the chair (1960). Don Chaffey 

10 de febrero: El dentista más tembloroso del Oeste (1968). Alan Rafkin

 17 de febrero: Tomboy (2011). Céline Sciamma