sábado, 31 de octubre de 2020

 

"HASTA QUE LA BODA NOS SEPARE", 
DE DANI DE LA ORDEN



“SOLO ME PONGO EN MANOS DEL DOCTOR GONZÁLEZ”


  "No hace falta más que leer el título y el nombre del director para saber que estamos ante una película española, que se trata de una comedia y que pertenece a ese género del que, sin pensarlo demasiado, podríamos dar media docena de títulos en tres minutos: el de las películas de bodas. Se podría decir que los ritos nupciales y todo lo que se sitúa a su alrededor: preparativos, enredos, engaños, relaciones familiares, catástrofes, viajes, rupturas, desengaños, reencuentros y happy end...  constituyen uno de los lugares más comunes de la comedia. Si a esto le añadimos otra modalidad casi paralela, la de las despedidas de solteros y solteras, el número de títulos crece exponencialmente.

 En el caso de la última película de Dani de la Orden, un realizador acostumbrado a lidiar en el terreno de la comedia (El pregón, El mejor verano de mi vida, Mamá o papá), todo sigue el curso habitual en una película de bodas. De hecho una de las protagonistas se dedica precisamente a eso, a organizar ceremonias nupciales, un terreno abonado para los gags, porque si hay algún territorio donde los guionistas pueden dar rienda suelta a la imaginación es precisamente relatando todas las ocurrencias de una pareja que quiere celebrar lo que algunos llaman el día más importante de su vida. En ese apartado cabe casi de todo: locuras decorativas, espacios imposibles, regalos personalizados, locas coreografías o menús altamente creativos. Nada parece ponerse por delante cuando se quiere construir la celebración perfecta. Y el cine se suele encargar de retorcer las cosas casi hasta el infinito. “¿Sabes quién se casó en un barco? Los del Titanic”, dice Marina (Belén Cuesta), organizadora de bodas en Hasta que la boda os separe, a Alexia (Silvia Alonso), la novia. Pues sabiendo cómo fue la historia real en el trasatlántico, no hace falta añadir demasiado.

 ¿Y qué podría acabar con el encanto de una boda? Pues a lo mejor el hecho de que un brindis destroce la dentadura de la novia. Para un guionista una botella de champán es el ingrediente perfecto para marcarse un chiste inolvidable. Que se lo digan si no a los de Los padres de ella de Jay Roach. Quienes la hayan visto seguro que no han olvidado la secuencia dedicada a la urna depositada sobre la chimenea, un sofisticado recipiente que contiene las cenizas de la madre de Jack (Robert de Niro). Durante varios minutos la figura de la difunta madre es ensalzada por su hijo que hasta le dedica una poesía. Pero llega la botella de champán, oportunamente comprada por el yerno patoso (Ben Stiller), y la catástrofe se desata, el tapón se dirige directamente a la urna, las cenizas se desparraman y el gato de la casa no desaprovecha la oportunidad para dejar su rastro sobre ellas.  

 En Hasta que la boda os separe la botella de champán llega justo en el momento posterior a que la novia le confiesa a la organizadora de bodas que en el colegio, que ambas compartieron años atrás, ella fue la responsable de los motes y bromas que le hicieron la vida imposible a la que ahora es una profesional del negocio de las bodas y que en la infancia fue una niña que sufrió bullying en el colegio. Después de afirmaciones como: “Hay que superar esas cosas” o “Así es la vida”, dichas por la propia víctima para consolar a la que ahora se confiesa ante ella, llega el momento botella de champán. Por si hubiera sido poco el retorno emocional al pasado, el novio también se empeña en  ayudar a abrir la dichosa botella. Así que entre ambos, que por cierto ya han puesto de manifiesto su atracción mutua, acabarán arruinando la cara de la novia cuando el corcho vaya directamente a su boca. Tras conseguir reponerse de lo que parece únicamente un shock momentáneo se descubre que, efectivamente, Alexia ha perdido dos dientes, exactamente las dos piezas dentales superiores, lo que hace de la sonrisa de la novia diste mucho de ser lo deseable.

 Mientras la chica sale desesperada de la habitación, el novio se queda con los dos dientes en la mano insistiendo en que van a buscar un dentista ya que en Tenerife, a donde se han trasladado para celebrar una boda cerca del mar, hay “dentistas buenos”. Pero Alexia, que está dispuesta a casarse en un barco, pese a su miedo al mar, y a superar todas las dificultades que se le pongan por delante, no piensa ponerse en manos de alguien que no sea su dentista de toda la vida. A ella solo le atiende “el doctor González”, asegura, mientras a Carlos (Alex Garcia), solo se le ocurre añadir: “toma, llévate los dientes”, poniendo en su mano las dos piezas arrancadas de raíz. De camino al taxi que llevará a Alexia al aeropuerto en un viaje que acabará en la consulta del doctor González, la causante del estropicio, Marina, sigue empeñada en quitarle hierro al asunto: “Eso se arregla fácil. Un poco de masilla...”. Es seguro que el doctor González, ese dentista de cabecera al que la paciente no está dispuesta a renunciar aunque se encuentra a cientos de kilómetros, tendrá otros métodos más profesionales, sobre todo porque Alexia vuelve a los pocos días con la dentadura perfecta. El tema es que la catástrofe dental ha quitado de en medio a la novia durante unos días y ha dejado vía libre para que el amor entre el novio y la organizadora de bodas vaya evidenciándose todavía un poco más y que las cosas del corazón se coloquen en el su sitio.

 

                                            TÍTULO ORIGINAL: Hasta que la boda nos separe DIRECCIÓN:
Dani de la Orden  GUIÓN:  Olatz Arroyo, Eric Navarro, Marta Sánchez 
 INTÉRPRETES:  Belén Cuesta, Álex García, Silvia Alonso, Antonio Dechentm Mariam Hernández, 
Adrián Lastra, Gracia Olayo, Salva Reina, Leo Harlem  NACIONALIDAD:
ESPAÑA AÑO: 2020 DURACIÓN: 110 MINUTOS



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