Todo comienza cuando unos chicos asaltan a una enfermera, a la que dejan escapar. En ese momento un extraño objeto impacta sobre un coche. Al acercarse al vehículo, comprueban que se trata de una criatura muy rara y agresiva. El cabecilla de la banda, Moses, le clava una navaja y mata a este bicho insólito. A partir de ese momento empezarán los problemas.
Este tipo de cine, de terror y adolescentes, es verdad que genera cierta dosis de reparo entre los espectadores más convencionales. Pero aunque haya un indiscutible número de escenas muy previsibles –y con ello me refiero a las de canutos, etc.–, pasado el primer cuarto de hora, la película plantea una invasión alienígena bastante curiosa. Además de ese primer monstruo, asistimos a una invasión extraterrestre muy localizada. Una ciudad, Londres, un barrio y un único edificio.
La historia va enganchándonos poco a poco y, a medida que transcurre la película, el director va dosificando la información de manera que se mantiene el interés y nos encontramos ante algunos giros sorprendentes.
¿Y por qué hablamos en esta sección de esta película? Está claro que terminaremos hablando de dientes... El director ha imaginado a estos invasores completamente negros y peludos y solo una cosa resalta en ellos: sus dientes. No tienen ojos, ni ningún otro rasgo facial, solo unas arcadas dentarias fluorescentes y amenazadoras.
Los dientes, tanto en la antigüedad como en nuestro futuro imaginario, siguen representando una amenaza. Los animales rugen y enseñan la dentadura; los hombres primitivos hacían lo mismo para aterrorizar al enemigo.
Las películas de ciencia ficción, sobre todo las de vampiros, también enseñan caninos amenazadores y los extraterrestres, en esta película, utilizan como recurso de terror un único rasgo destacado que es exclusivamente dental.
Para atraer aún mas nuestra atención sobre las fauces de estos extraños seres observamos cómo, cuando son asesinados, sus bocas se apagan. Curiosa esta manera de definir y dar carácter a los alienígenas: seres negros que pasarían totalmente desapercibidos en la oscuridad y que solo podemos ver cuando se enfadan y se convierten en seres agresivos. Entonces, solo los dientes son los protagonistas.
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