viernes, 30 de junio de 2017

"LA CURA DEL BIENESTAR"

Momentos "Marathon Man"

No es muy habitual que un balneario cuente con un equipo de odontólogos, pero en La Cura del Bienestar nada es lo que parece. De hecho el fundamento en el que se sustenta todo lo explica claramente el herr doktor que maneja todo aquello: La cura de la condición humana es la enfermedad, porque solo en ella está la esperanza de una sanación.
 Y si, por casualidad, esa enfermedad no existiese pues ¿quién mejor que su equipo para crearla? No sin motivo en Latinoamérica la película se estrenó con el título de La Cura Siniestra, aunque el título original, The Cure for Wellness está más cercano al utilizado en nuestro país. Gore Verbinski, director de películas como Piratas del Caribe, The Ring o Rango demuestra aquí una total incontinencia temática y visual.No es muy frecuente encontrar a un realizador que se mueva con
absoluta soltura en el territorio del cine de personajes reales y en el de animación, como él lo hace. Lo que probablemente significa que le tiene poco miedo al riesgo y que no le pone ninguna pega al trabajo y a la experimentación. La Cura del Bienestar es una evidencia de ello.

Comienza en despachos de economistas norteamericanos y se adentra en los Alpes suizos de la mano de un joven ejecutivo que intenta buscar en el interior de un misterioso balneario, a uno de los directores ejecutivos de su empresa, cuya presencia es fundamental en un momento de crisis. Del tono realista de despachos y de individuos encorbatados, a la calma ilusoria de un lugar en el que los pacientes deambulan sonrientes con batas blancas seguidos de cerca por la atenta mirada del misterioso médico que preside todo aquello y de sus ayudantes.

A partir de ese momento en La Cura del Bienestar no falta casi de nada. Desde un bar con enigmáticos parroquianos y un conductor al más puro estilo de la leyenda de Drácula que llevará a la víctima hasta el castillo-balneario, hasta unos enormes pasillos que inquietan al espectador más sosegado o ese cuadro con el retrato de una misteriosa mujer que nos remite a tantos títulos clásicos, ese personaje inocente que vaga por la fantasmagórica mansión e incluso algún que otro homenaje al fantasma de la ópera.

Verbinski no quiere que a su historia le falta de nada. Ni siquiera ese momento Marathon Man que vive el protagonista. Antes de llegar a él ya ha sufrido la caída de uno de sus dientes. El colmillo se le ha deslizado entre los dedos delante del espejo. Poco después, en una delas siniestras camillas que circulan por el claustrofóbico lugar, un personaje desdentado parece solicitar socorro. Pero Lockhart, el protagonista al que da vida Dane DeHaan, es tenaz y no desiste. Así que, mientras investiga por su cuenta, alguien se dirige a él en alemán. “Marcus, déjalo”, le ordena el doctor que está dispuesto a dominar al intruso él mismo. De esta manera  De Haan termina emulando a Dustin Hoffman, sentado en el sillón de un dentista germánico que no dudará en destrozar uno de sus incisivos al ritmo del chirriante sonido de la turbina, mientras la cámara se detiene en objetos siniestros como un enorme frasco lleno de piezas dentales que, por un momento, parecen tener vida y moverse. En esta especie de Frankenstein que Verbinski compone en La Cura del Bienestar, la destrucción del diente de Lockart se convierte en el paradigma de la teoría inicial. Solo si hay enfermedad será necesaria la cura, y para eso ya está ese magnífico lugar en el que se da acogida a víctimas llegadas de todo los rincones del mundo. El problema es que el remedio les destruye completamente y, la pérdida de piezas dentales no es sino uno de los síntomas. De ahí que el equipo de odontólogos habite en la enorme vivienda.

La sonrisa resplandeciente en la que no falta ninguna pieza de Lockhart en una de las secuencias, parece dejarlo todo claro.  El proceso de purificación que se promete en el inquietante balnearioaparenta haber surtido su efecto. Pero todavía faltan unos cuantos homenajes a otros tantos clásicos del cine, antes de que termine la película. Y es que Verbinski no es de los que se conforma con ese tradicional modelo que propone en cada historia un planteamiento, un nudo y un desenlace sencillo.

tulo: A Cure for Wellness; Año: 2017; Duración: 156 min.; País; Estados Unidos; Director: Gore Verbinski; Intérpretes:Dane DeHaan, Jason Isaacs, Mia Goth, Susanne Wuest, Celia Imrie, Lisa Banes,Adrian Schiller, Ivo Nandi, Natalia Bobrich, Johannes Krisch, Jason Babinsky,Judith Hoersch, Jeff Burrell, Eric Todd, Godehard Giese, Craig Wroe, Productora: New Regency Productions / Blind Wink Productions /
 Studio Babelsberg.


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