Dr. Fumetti, falso dentista
| ||
Lo dijo el realizador de Abracadabra, Pablo Berger, en algunas de las entrevistas que concedió con motivo del estreno de su película: “Mi objetivo es hipnotizar al espectador”. Lo que se puede añadirse a esto es que, el encargado de esa hipnosis, el que se encuentra sin saberlo en el origen de todo el conflicto a causa de sus enseñanzas, es un personaje llamado Dr. Fumetti que, en un momento de la trama, no dudará en hacerse pasar por dentista para aproximarse a uno de los protagonistas de la película y tratar de saber qué le ha ocurrido para haberse convertido en otra persona.
El Dr. Fumetti, interpretado por José María Pou, es en realidad un truhán, un vividor y un embustero que embauca a confiadas víctimas como Pepe, un aprendiz de hipnotizador que deposita toda su confianza en él y que está convencido de que sus consejos le serán de gran utilidad. José Mota le da a este personaje el toque humorístico y también un tanto patético, que es una constante de la película de principio a fin. Pero, antes de que el poder de la hipnosis lo invada todo, Abracadabra presenta a sus dos personajes principales: Carmen (Maribel Verdú) y Carlos (Antonio de la Torre). Ella es un ama de casa a la que le gustaría tener una vida más interesante y un marido más atento y colaborador. Pero los intereses de él se centran fundamentalmente en no perderse ni un solo partido de su equipo de fútbol y en mirarse a sí mismo. La boda de un sobrino de Carmen será el lugar en el que él acabe transformándose, tras ponerse en manos de su cuñado Pepe, aprendiz de hipnotizador y alumno del Dr. Fumetti. Cuando salten todas las alarmas, y Carlos no sea ya quien era, parece haber llegado el momento de recurrir al hombre que le enseñó a Pepe todo cuanto sabe, y que sin ser consciente de ello, ha sido el causante de la “tragedia”. Pero ¿cómo provocar el encuentro entre el malhumorado hincha y un personaje como el Dr. Fumetti? El recurso de guión convierte al “profesional” de la hipnosis en dentista. Carlos acudirá a él sin sospechar nada y se sentará en su sillón para, sin saberlo, ponerse en manos de un hipnotizador y no de un odontólogo. La estrategia no solo no es nueva sino que se viene repitiendo desde los orígenes del cine. En Charlot falso dentista (Laughing Gas), una película de 1914, Chaplin se hacía pasar por odontólogo y aprovechaba para coquetear con una paciente y para meterse con otros de los que esperaban en la abarrotada consulta del odontólogo oficial. Los gags en una consulta sabiendo que quien se encarga de hacer el trabajo de un profesional es un usurpador, se han sucedido en unos cuantos títulos más desde aquellos inicios del cine hasta ahora. Berger repite la estrategia y el resultado no está exento de dosis de humor. Tampoco el aspecto del Dr. Fumetti se aleja del tono humorístico. Su enorme dentadura, que parece que por momentos fuera a salirse de su boca, no hace sino resaltar su presencia en pantalla como el excéntrico personaje que es. Con tal de conseguir una comida gratis o un ingreso extra, el personaje que interpreta Pou se esfuerza en lograr credibilidad en su papel de dentista y para ello no duda en ejercer algunas prácticas de su falsa profesión, como si se tratara de un auténtico profesional de la odontología. Tras el paso de Carlos por el sillón del falso dentista, la farsa continuará y Carmen y su hermano tendrán que seguir una serie de instrucciones ideadas por el pícaro y falso doctor. Mientras, el mundo de la magia, seguirá su rumbo.
|
jueves, 30 de noviembre de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario