CINE, DIENTES Y DENTISTAS

CACHORRO La película presenta con absoluta normalidad a un profesional “de fiar”, Pedro, dentista homosexual y seropositivo ¿Qué debería haber hecho Pedro? ¿Confesar su condición de portador de VIH a sus pacientes y arriesgarse a perderlos? ¿No decir nada y seguir trabajando con las máximas precauciones?

He tenido ocasión de volver a ver esta película que ya había visto en el cine en el momento de su estreno, en 2003, con motivo de su reposición en televisión. Recordaba bien la historia que trata del mundo gay y más concretamente se centra en el colectivo de los osos, representado por el protagonista principal Pedro, un dentista bastantedesinhibido y promiscuo hasta que le llegan las responsabilidades: debe ocuparse de su sobrino durante dos semanas mientras su hermana se va a la India de vacaciones. La historia se complica cuando la hermana -patética interpretación de Elvira Lindo- es capturada por posesión de drogas y encarcelada, por lo que Pedro tendrá que cambiar su modo de vida y revisar su escala de valores para poder hacerse cargo de su sobrino -David Castillo, el Jonathan de Aída- y educarlo correctamente. En uno de los primeros momentos, cuando aún no sabemos a qué se dedica Pedro, aparece una escena en la que tío y sobrino se cepillan los dientes antes de irse a la cama. Aquí ya tenemos la primera pista: el tío mira de reojo a su sobrino que está cepillándose mal y le corrige: gestos cortos, sencillos y didácticos. En otra escena de la película aparece la consulta de Pedro, el dentista, y se le ve trabajando. La estética de la consulta es correcta. La manera de trabajar de nuestro dentista, también, y el trato con los pacientes suponemos que es agradable aunque sólo le vemos cuando trata a un amigo. Y ahí el trato es profesional y cercano, puesto que se trata de uno de sus amigos. En general, la impresión que nos quiere dar el director es la de que estamos ante un buen profesional. Pero el tema principal sobre el que debemos refl exionar no es sobre cómo el cine presenta con absoluta normalidad a un dentista homosexual, ni sobre cómo nuestro protagonista aparece como un profesional “de fiar”. LA ABUELA Mas tarde, en la película, cuando ya está claro que la hermana del dentista va a pasar mucho tiempo en la cárcel, aparece un personaje al que al principio le habíamos hecho poco caso: la abuela paterna del niño. Este personaje, que encarna los valores tradicionales y trata de adjudicarse la custodia de su nieto, terminará desvelándonos que nuestro protagonista es seropositivo y, ante la amenaza de divulgar esto entre sus pacientes, Pedro terminará dejando que esta mujer se lleve a su sobrino a un internado. Y este es el tema que quiero proponer esta vez para refl exión. Esta cuestión va mas allá del propio marco de la película y creo que merece la pena pensar en ello. ¿Que debería haber hecho Pedro? ¿Confesar su condición de portador de VIH a sus pacientes y arriesgarse a perderlos? ¿No decir nada y seguir trabajando con las máximas precauciones? En cualquier caso este tema afecta a cualquier profesional sanitario. Y trasciende incluso de este ámbito, ya que por desconocimiento muchas personas suelen manifestar miedo ante el contacto con portadores de VIH. Aquí la lección magistral la da el niño protagonizado por David Castillo: él sabe perfectamente qué es lo que se debe hacer y cómo comportarse. La lección magistral la da el niño protagonizado por David Castillo: él sabe perfectamente qué es lo que se debe hacer y cómo comportarse