domingo, 28 de febrero de 2010

LA MUJER RUBIA O LA MUJER SIN CABEZA

Una dentista protagoniza esta película en la que no se recurre al tópico del miedo o de buscar el punto gore, al que son tan afi cionados los guionistas

Suelo leer la crítica de las películas antes de ir a verlas (bueno, algunas críticas) y, desde luego, no voy al cine para ver películas de dentistas. De hecho, cuando leí la sinopsis de la película a la que hoy me refi ero, nada hacía suponer que hubiese en ella algo relacionado con nuestra profesión.

La película comienza alrededor de una piscina donde unas amigas pasan la tarde tranquilamente. La mujer rubia se despide de ellas y conduce distraída hacia su casa. En un momento determinado atropella algo o a alguien, no está claro, pero toma la decisión de no mirar y seguir adelante. La angustia de haber podido atropellar a una persona y no haber parado a ayudar la atormenta de tal forma que vive unos días terribles, casi en estado de shock.

Así empieza esta historia, y no desvelaré más cosas para que, a quien le interese, pueda ir al cine o alquilar el DVD y descubra esta pequeña producción que merece la pena ser vista. Y ya, sin que tenga nada que ver con el argumento, y sin que esto realmente infl uya en la génesis o desenlace de la película, descubrimos que “la mujer rubia” es dentista.

No voy a entrar aquí a comentar la ética o no que pueda envolver el accidente de tráfi co del que somos testigos al principio de la proyección, sino la visión que de la vida de un dentista nos muestra la directora.
Nuestra protagonista es una mujer de mediana edad, de clase acomodada. Su consulta es real, como podría ser la de cualquier dentista de la misma edad, teniendo en cuenta el tamaño del pueblo donde ejerce y el país en que está ambientada la película. La consulta está bien equipada, el personal auxiliar es amable y efi ciente y no se utiliza ningún tópico de intentar dar miedo o buscar el punto gore al que a veces son tan afi cionados los guionistas de cine. En otra escena, nuestra protagonista aparece haciendo revisiones a los niños más desfavorecidos, en lo que parece ser un colegio público.

La verdad es que se agradece esa visión de nuestra profesión: una dentista con una consulta moderna, en la que los pacientes están tranquilos, donde se cumplen las normas de higiene y que, si bien es cierto que mantiene el tópico de que los dentistas pertenecen a la clase acomodada, por otra parte muestra también el lado solidario que muchos dentistas tienen. Y esa es una realidad que rara vez se ve re- fl ejada en el cine: la generosidad de muchos compañeros que trabajan desinteresadamente con sectores marginados de la sociedad.

Nuestro agradecimiento a la realizadora, Lucrecia Martel, quien también ha escrito y dirigido esta película. Esperemos que, poco a poco, vayamos apareciendo en el cine como en realidad somos y dejemos de ser caricaturas obsoletas de una época superada.

1 comentario:

  1. Hola Cibela, la peli no la vi pero por lo que cuentas estará bien.Me parece muy bien y también real que haya profecionales que colaboran gratuitamente con los más necesitados, hay muchos casos de dentistas, medicos generales y otros especialistas, sobre todo en países donde la salud es muy cara , caso los Estados Unidos.Podriamos hacer la segunda parte de la peli, imaginemos un pobre que es atropellado en una carretera y el conductor se escapa, va al hospital lo curan pero necesita una operación de cirugía y no lo puede pagar no teniendo seguro , entonces aparece un Cirujano plástico que lo atiende gratuitamente (no van a ser menos los cirujanos plásticos).Pasados unos meses el hombre sale del hospital completamente curado con una cara nueva, no tan bonita como si la pagara (tampoco hay que pasarse) y se cruza en la esquina con la rubia, esta vez sin coche ,sonríen se van a tomar un cafe y despues de charlar a gusto un rato , el dice " me alegro que te cruzaras en mi camino" los dos se cogen de la mano ingnorantes del`pasado que los une, no se rían he visto guiones peores .
    El Chatarrero

    ResponderEliminar