Diego (Quim Gutiérrez) es abandonado por su novia varios días antes de su boda. Ante este problema decide, pese a todo, presentarse en la iglesia por si su ex ha cambiado de idea. En vista del plantón opta, junto con sus primos, por ir a pasar el fin de semana al pueblo donde veraneaban de pequeños, enterrar sus penas en alcohol e intentar reencontrar al amor de su adolescencia: Martina.
En cuanto a las películas de este director, vi AzulOscuroCasiNegro, que me gustó; luego Gordos, que ya no tanto, aunque sí que tuvo alguna escena digna de lo que esperábamos de él. En esta ocasión, en la película Primos, Sánchez Arévalo se relaja y nos ofrece un producto intrascendente y ligero, donde la falta de fondo es evidente y que termina siendo una loa a Cantabria, puesto que el filme es financiado por el Departamento de Turismo de esta Comunidad. Nos toca ver el paisaje, el puerto, la playa, las calles y las fiestas de Comillas, lugar donde transcurre nuestra película, y bien que se encargan de recordárnoslo.
Es, como decía, una comedia sin pretensiones, o al menos no debería tenerlas, aunque por momentos me hizo recordar una película estupenda que fue Resacón en las Vegas. Evidentemente estamos a otro nivel. Por tanto, la mejor manera de ver esta película es ir al cine sin grandes expectativas, simplemente queriendo pasar un rato entretenido.
PLANTADO
Y hablando del tema que nos ocupa en esta columna, tenemos un personaje secundario que es dentista. De hecho, es la novia de nuestro protagonista, esa que le ha dejado plantado en el altar, y que sólo conoceremos al final.
Es curiosa la cantidad de dentistas que empieza a haber en las películas. Esto de la plétora profesional, de la que tanto se habla en nuestro ámbito, pero que no es algo que se sepa en nuestra sociedad, de alguna manera trasciende. Creo que por eso aparecemos más. Y además nuestras apariciones son muy reales. Es decir, el personaje que interpreta el papel de dentista, es una chica joven. Y sabemos que en nuestras numerosas facultades la mayoría de los estudiantes son chicas.
Así que el cine, creo, percibe la realidad de nuestra profesión en la actualidad. De hecho, nos enteramos que la causa de las dudas de la novia de nuestro protagonista se debe a que el verano anterior se fue los dos meses de verano a la India a trabajar con Dentistas Sin Fronteras, y allí conoció a un compañero que le hizo replantearse la relación con su novio.
Otro detalle importante, y creo que poco a poco en ese sentido daremos un paso hacia delante, será que en unos años, probablemente, la gente dejará de referirse a nosotros como dentistas y nos llamará odontólogos. De hecho, en la película, no se cita la palabra dentista en ningún momento, sino odontólogo. Creo que lo de los estomatólogos la gente lo llevaba peor. Mucha gente creía que éramos médicos del estómago, y esto originaba no pocas confusiones, algunas de las cuales podían llegar a ser bastante divertidas.
Así que para evitar errores terminaron llamándonos dentistas y muchas veces ese nombre corriente es por el que se nos conoce incluso oficialmente. Con la progresiva desaparición de los médicos estomatólogos, espero y deseo que a nuestros profesionales se les llame odontólogos…
Algo más apropiado y científico que dentista.
Como conclusión, simplemente constatar que la sociedad empieza a percibir nuestra profesión tal y como es realmente, es decir profesionales jóvenes, muy numerosos, mujeres en su mayoría, titulados en Odontología y solidarios en su ejercicio profesional.
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